I am who I am today because of the choices I made yesterday
-Eleanor Roosevelt-

16.10.12

12.12.10

Demian

Acostumbrados a trazar límites demasiado estrechos a nuestra personalidad. Consideramos que solamente pertenece a nuestra persona lo que reconocemos como individual y diferenciador. Pero cada uno de nosotros esta constituído por la totalidad del mundo; y así como llevamos en nuestro cuerpo la trayectoria de la evolución hasta el pez y aún más allá, así llevamos en el alma todo lo que desde un principio ha vivido en las almas humanas. Todos los dioses  y demonios que han existido, ya sea entre los griegos, chinos o cafres, existen en nosotros como posibilidades, deseos y soluciones. Si el género humano se extinguiera con la sola excepción de un niño medianamente inteligente, sin ninguna educación, este niño volvería a descubrir el curso de todas las cosas y sabría producir nuevos dioses, demonios, paraísos, prohibiciones, mandamientos y Viejos y Nuevos Testamentos.

"Demian"
(Hermann Hesse).

11.11.10

Kvothe

Me llamo Kvothe, q se pronuncia «cuouz». Los nombres son importantes porque dicen mucho sobre la persona. He tenido más nombres de los que nadie merece.
Los Adem me llaman Maedre. Que, según se pronuncie, puede significar la Llama, el Trueno o el Árbol Partido.
La Llama es obvio para todo aque que me haya visto. Tengo el pelo de color rojo intenso. Si hubiera nacido hace un par de siglos, seguramente me habrían quemado por demonio. Lo llevo corto, pero aún así me cuesta dominarlo. Si lo dejo a su antojo, se me pone de punta y parece que me hayan prendido fuego.
El Trueno lo atribuyo a mi potente voz de barítono y a la instrucción teatral que recibí a temprana edad.
El Árbol Partido nunca lo he considerado muy importante.
Aunque pensándolo bien supongo que podríamos considerarlo al menos parcialmente profético.
Mi primer mentor me llamaba E’ Lir porque yo era listo y lo sabía. Mi primer amante me llamaba Dulator porque le gustaba cómo sonaba. También me han llamado Shadicar, Dedo
de Luz y Seis Cuerdas. Me han llamado Kovthe , el Sin Sangre, Kvothe El Arcano y Kvothe el Asesino de Reyes. Todos esos nombres me los he ganado. Los he comprado y he pagado por ellos.
Pero crecí siendo Kvothe. Una vez mi padre me dijo que significaba saber.
Me han llamado de muchas otras maneras, por supuesto. La mayoría eran nombres burdos, aunque muy pocos eran inmerecidos.
He robado princesas a reyes agónicos. Incendié la ciudad de Trebon. He pasado la noche con Felurian y he despertado vivo y cuerdo. Me expulsaron de la universidad a una edad a la que a la mayoría no los dejan entrar. He recorrido de noche caminos de los que otros no se atreven a hablar ni siquiera de día. He hablado con dioses, he amado a mujeres y he escrito canciones que hacen llorar a los bardos.
Quizás hayas oído hablar de mi.


“El nombre del viento”
(Patrick Rothfuss)

7.11.10

[...]

... Manda huevos que yo tenga que irme a estudiar al sal'on para que t'u puedas jugar al puto ordenador en el estudio...